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Estas son las historias de los Contadores en Uruguay.

Gisele

gisele

Me gusta el campo desde niña porque me crié ahí. Mi familia tenía un negocio agropecuario y cuando mi padre falleció, en 2005, con mis hermanas decidimos mantener ese legado.

Soy contadora pública ejerzo de forma independiente en la ciudad de Minas y hace más de diez años que manejo junto a mis hermanas un establecimiento agropecuario que se llama Sol de Otoño. Nos dedicamos a la venta de ganado a frigoríficos y lo heredamos de mi padre.
Somos cuatro mujeres y mantenemos este negocio familiar a pesar de que mi padre decía o creía que no iba a ser posible. Todas somos profesionales, una abogada, otra escribana, una administradora y yo que soy contadora. Ninguna de las hermanas recibió educación en materia de campo ni se formó para llevar adelante este emprendimiento pero es algo que disfrutamos mucho.

Mi padre falleció en 2005 y desde entonces decidimos que nos turnaríamos para poder continuar con este legado familiar. Vamos de a dos cada quince días y nos acompaña personal capacitado en el área. Pero igualmente yo desarrollo todas las actividades que sean necesarias hacer, desde recorrer, vacunar el ganado, y fumigar.
Desde niña siempre me gustó el campo porque nací vinculada a ese lugar. Me gusta mucho el contacto con la naturaleza y andar a caballo. Era la actividad de mis padres y nosotras lo seguimos como un legado, además lo hacemos también porque es rentable y nos genera un rédito económico.
Me encanta pasar tiempo en el campo, estar al aire libre, y rodeada de verde. Mi mayor hobby en la campaña es andar a caballo. Desde pequeña tengo un contacto muy especial y fluido con los animales. No estoy para nada a favor de las actividades a modo de criollas o raid. No me gustan. Entiendo que es un abuso a los animales. Jamás me divirtió ver un animal encerrado sin necesidad. En el campo pájaros, pero se los deja libres y los miro volar. Así nos criamos.

Mientras pueda voy a seguir en esta actividad porque me encanta y me llena de satisfacciones. Es cierto que a veces ando mucho a caballo, y luego me arrepiento un poco, pero lo disfruto mucho. No sé si mis hijos piensan continuar con el negocio familiar. Ellos están en facultad y tampoco tienen el perfil pero les encanta ir al campo y pasar días allá. Pero no sé si más adelante proseguirán con esto.

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